Obras destacadas

Estos paisajes no tienen localización geográfica. No surgen de fotografía, ni del natural. Surgen de un recuerdo o un anhelo. De crear lugares donde evadirse.
El paisaje tradicional como representación de la paz mental, y el paisaje-collage como representación del ruido mental.
Piezas que conecta con un imaginario colectivo de lugares, recuerdos y sensaciones de sitios que hemos vivido o en los que nos gustaría vivir.
Lugares donde no pasa nada, ni siquiera el tiempo.
(...) aprendiendo a vivir con la paz y el ruido mental inevitables del día a día para seguir alimentando mi espacio seguro por excelencia: el paisaje -mi paisaje-.
El paisaje como lugar seguro.
Papel, pintura, collage: Paisaje.
Estos paisajes no tienen localización geográfica. No surgen de fotografía, ni del natural. Surgen de un recuerdo o un anhelo. De crear lugares donde evadirse.
El paisaje tradicional como representación de la paz mental, y el paisaje-collage como representación del ruido mental.
Piezas que conecta con un imaginario colectivo de lugares, recuerdos y sensaciones de sitios que hemos vivido o en los que nos gustaría vivir.
Lugares donde no pasa nada, ni siquiera el tiempo.
(...) aprendiendo a vivir con la paz y el ruido mental inevitables del día a día para seguir alimentando mi espacio seguro por excelencia: el paisaje -mi paisaje-.
El paisaje como lugar seguro.
Papel, pintura, collage: Paisaje.

Me llamo Irene Fabra Guillem, nací en 1990 y soy pintora.

Mi dedicación artística ha ido surgiendo poco a poco, con esfuerzo y algo de suerte de vez en cuando.

Me llamo Irene Fabra Guillem, nací en 1990 y soy pintora.

Mi dedicación artística ha ido surgiendo poco a poco, con esfuerzo y algo de suerte de vez en cuando.

Pinto paisajes (principalmente).

Mi carrera profesional se centra actualmente en la disciplina de la pintura, concretamente en el paisaje. En la pintura me siento cómoda, me da mucha libertad, y el paisaje me permite acotar un espacio abierto imaginario que puedo guardar como un pedacito de espacio propio, seguro e idílico donde no pasa nada, ni siquiera el tiempo.

El cariño por el papel y utilizarlo de soporte para algunas obras viene por mi formación en grabado durante la carrera. De hecho, el grabado sigue siendo un buen y viejo amigo. Que mi obra actual esté o siga vinculada al papel no es casualidad. Con el collage y el marouflage disfruto la parte del juego, del puzle, de encontrar la pieza que encaja y cierra la composición. Estas técnicas me permiten disfrutar de la ruptura, de la imperfección, del papel en sí mismo,  sus texturas y fibras forman parte activa de la estructura de la obra.

Toda mi obra -pictórica o gráfica- tiene en común un universo propio donde las puertas, de forma amable y cuidada, están abiertas de par en par para que el espectador sea partícipe y consiga ubicarlas en su imaginario personal.